En 1927 el explorador Frederick A. Mitchell llegó a Centroamérica, selva tropical de Belice (Honduras Británicas), con la intención de encontrar antiguas ruinas mayas, el era un explorador de experiencia que ya había estado en varios lugares de Sudamérica.
Al poco tiempo de llegar a la zona conocida como Punta Gorda, el
explorador inglés comenzó sus excavaciones, en plena selva, en busca de las ruinas
mayas. Tras luchar contra las inclemencias de la jungla y del clima tropical, y
después de varios meses de trabajo infatigable con la ayuda de empleados
nativos, Mitchell-Hedges descubrió una gran plaza de piedra, varias pirámides,
casas y cámaras subterráneas pertenecientes a un complejo arquitectónico que
bautizaró con el nombre de Lubaantun (que significa algo así como "Ciudad
de las Piedras Caídas"). Despejar el lugar de vegetación llevó varios meses.
El descubrimiento entusiasmó a Mitchell-Hedges, quien estaba convencido
de que aquella ciudad había pertenecido a la legendaria Atlántida, lo que lo
motivó para continuar las excavaciones durante siete años más.
Por aquel entonces, su hija adoptiva, la pequeña Anna, era apenas una
adolescente inquieta, y el día de su cumpleaños número diecisiete se produjo el
gran descubrimiento: "Durante días veíamos algo entre las piedras al
recibir los reflejos del sol -recuerda ahora Anna Mitchell-Hedges- y no
descansamos hasta hacer accesible aquel lugar. Fui yo quién lo rescató, porque
mis manos eran más pequeñas que las de los demás, y se lo enseñé a mi padre. Él
se resistía a creer en el descubrimiento de aquel cráneo de cristal..!.
El "Cráneo del Destino" es una calavera de cristal de roca a
tamaño natural, de cinco kilos de peso, esculpida en una sola pieza. La
perfección absoluta de su tallado y su incólume pulido, la exactitud de sus
detalles y su mandíbula articulada la convierten en una réplica exacta de un
cráneo humano, pero el origen de su fabricación, al parecer hace siglos, es un
auténtico misterio.
Como la hija del explorador cumplía años el día del descubrimiento, el
cráneo de cristal terminó siendo un regalo para ella. Anna Mitchell-Hedges es
su dueña actual y es quien viaja para exponerla y hacerla estudiar. La
perfección técnica en el diseño y elaboración de esta calavera ha fascinado a
una verdadera legión de investigadores de numerosas disciplinas. Personas de
distintas corrientes esotéricas le atribuyen poderes sobrenaturales y la han
rodeado de un aura de magia y leyenda, lo cual ha causado una impresionante
multiplicación de las calaveras de cristal que aparecen en manos de personas de
todo el mundo. La fabricación del "Cráneo del Destino" por artesanos
mayas está rodeada de todo tipo de dudas y afirmaciones de que es una
imposibilidad técnica.
Realizado en cristal de cuarzo, este cráneo alcanza una dureza en la
escala de Mohs de 7 sobre un máximo de 10, lo que significa que sólo pudo ser
cortado y pulido con esa precisión con herramientas muy duras, como el corindón
(rubí) o el diamante.
Ha sido sometido a diferentes análisis, pero quizás el más conocido de
todos ellos fue el realizado a principios de los años 70 por la compañía
estadounidense Hewlett-Packard. Los resultados de esta investigación
desconcertaron a la comunidad científica. Sus conclusiones eran rotundas: el
tallado de ese cráneo debió llevar al menos 300 años de trabajo manual. Es el
único modo de cortar y pulir ese objeto con las herramientas que disponían los
mayas. No se halló ni una sola prueba que pudiera confirmar la utilización de
elementos metálicos en el proceso de tallado del cráneo y es muy difícil
establecer una fecha para su construcción, que tal vez rondaría entre el año
1.400 y 1.300 de nuestra era.
Sin embargo, los indígenas que acompañaron a Mitchell-Hedges en Lubaantum
(lugar de las piedras caídas) y siempre según sus propias palabras, aseguraron
que el "Cráneo del Destino" tenía más de 3.600 años de antigüedad.
Pero esta calavera no es la única que anda dando vueltas por el mundo.
Hay un verdadero ejército de ellas y, aunque cueste creerlo, hasta se ha
encontrado un esqueleto completo tallado en piedra.
Como se puede apreciar este es un misterio que deja a las personas con
más interrogantes que respuestas, se dice que incluso de algún modo estas
calaveras tienen poderes sanatorios, o que fueron talladas en esta época y que
son un fraude.
Navegando por la web encontré una respuesta a la ecuación, claro eso sí,
si pones como una variable la presencia extraterrestre e nuestro planeta.
Estas calaveras fueron talladas por extraterrestres en la época de los
neandertales, incluso del homo pitecántropo, y justamente sus modelos se basan
en esos cráneos, no es del hombre actualmente existente.
Fueron diseñadas a manera de estudio y para demostrar a los primitivos
habitantes que no debían tener miedo alguno y se familiaricen, era como mostrar
a los estudiantes de medicina un esqueleto de plástico.
No todos los modelos de cráneos son de humanos también se tomaron modelos
de los mismos extraterrestres.
Y bueno prefiero que hasta aquí llegue el misterio, de la calavera de
cristal.
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